UNA NOCHE PARA NO OLVIDAR

Lo sé; nadie va a creerme. Pero esa noche fue horrible.
Miraba una película de terror, sentado en mi cómodo sillón, cuando de repente parecía que salían avispas por la televisión. Me asusté mucho, y del susto que tenía fui corriendo a la cama y me metí debajo de las cobijas.
De pronto, escuché ruidos en los pasillos, agarré un fierro que tenía en mi cuarto y fui a ver qué pasaba. Observé y no había nada. Me volví para el cuarto y sentía que alguien me perseguía, miré para atrás y no había nadie, de repente escuché chillidos de avispas. Salí corriendo para mi cuarto y cerré con llave.
De pronto se abrió la ventana. Mirando para todos lados, me fijé, y no había nada. Cerré la ventana , estaba por irme al baño, se abrió de golpe y se asomaron avispas. Cuando las vi se me había helado la sangre. No supe qué hacer; de pronto se me ocurrió la idea de meterme en el baño, me encerré bien, cosa que no encontraran.
Me quedé allí hasta que se fueran.
De pronto, se me ocurrió salir , pensando que ya se habían ido.
Fui a mi cuarto para ver y ya no estaban.
Me asomé y tampoco había nada; luego, fui despacito a fijarme por toda la casa a ver si andaban, llegué al cuarto de mis padres y de mi hermanita y tampoco había nada. De repente, se me ocurre la idea de ir al garaje. Me asomé por el portón y estaban ahí, habían pasado por una ventanita que había quedado abierta, y estaban muy hambrientas.
Cerré la puerta del garaje, y me fui a mi cuarto a pensar cómo podía hacer para que se murieran. De pronto,escuché un auto que llegaba a mi casa, me asomé por la ventana y eran mis padres que recién llegaban de trabajar.
Cuando mis papás estaban por entrar al garaje con el auto, me acordé que no se podía, que estaban las avispas.
Asustado, Salí corriendo a avisarle que no entraran y no llegué, ya lo habían hecho. Cuando abrí la puerta del garaje, las avispas empezaban a avanzar al auto. Mi papá tenía el vidrio abierto y, cuando las vieron, del susto que tenían, les temblaban las manos y no alcanzó a cerrar el vidrio.
Las avispas se metieron en el auto y empezaron a chuparle la sangre; cuando vi que se metieron, me temblaba el cuerpo, no sabía qué hacer; de pronto ,Salí corriendo hacia afuera a pedir ayuda, llorando ,muy asustado y no podía dejar de hacerlo hasta encontrar a alguien que nos socorriera.
De pronto, paré un ratito y pensando, se me ocurrió llamar a la policía para que me ayudaran. Los llamé y vinieron rápido; los policías llamaron a los bomberos y llevaron fumigadores para ver si podían hacer algo con eso, pero no pudieron porque los policías les dispararon al portón del garaje y las avispas se fueron.
Luego se fijaron si se habían ido todas, pero encontraron a mis papás desintegrados, el auto estaba todo lleno de sangre. Después llegó la ambulancia para llevarse los cadáveres de mis padres, y luego los enterramos.
Estábamos todos muy tristes, cuando dos días después de lo que había sucedido, el juez de menores decidió llevarnos a mí y a mi hermanita a un orfanato. Mi hermana justo llegaba de un campamento del cole. Cuando le comenté que nos iban a meter en ese lugar , se puso a llorar y cuando le conté lo que les había pasado a papá y a mamá se le destrozó el corazón.
Nos llevaron al orfanato, los dos estábamos destrozados. Pasaron ocho meses, y nos adoptaron, mi hermana se puso un poco contenta.
Los papás adoptivos, eran muy buenos, cariñosos, eran como si fueran papá y mamá. Cuando nos dieron ese cariño, vivimos felices para siempre . O mejor dicho, casi siempre. Porque cada vez que decidíamos mirar una película de terror, la pantalla de la TV cobraba vida y de ella comenzaban a desprenderse cosas extrañas y nuevamente revivíamos aquella historia.

FLORENCIA Y EVELIN